Fue el domingo 11 de diciembre del 2016, cuando las maletas aguardaban a los últimos aperitivos que saldrían del sarten, para continuar con la salida, una maleta 2 mochilas y muchas bolsas nos acompañaban, se había cumplido el objetivo y seria nuestra despedida.
Salimos del Vergel sobre el Boulevard 2000 dirección a la carretera Tecate - Rosarito, cruzando la Rumorosa y con una parada en San Luis Río Colorado, ya era medio día y continuamos el viaje.
Los tramos mas tardados se sintieron en Sonora al cruzar Hermosillo ya se había echo de noche al rededor de las 11:00 p.m. desde lo lejos se ve la Heroica Guaymas, con el puerto iluminado en el anochecer, filas de gente sobre la carretera a Ciudad Obregon se empezaban a hacer presentes, convoys en la lateral escoltados al frente por una Patrulla Federal, se recorrieron al rededor de 15 min dentro del automóvil hasta que se vislumbro el "Cerrito de la Virgen" filas de automóviles sobre las dos direcciones de la carretera, familias enteras, grupos de personas, cubiertos con mantas, en la noche dirigiéndose específicamente a ese sitio.
La carga en el ambiente se sentía como ese remolino invisible que invocaba a la gente a seguir subiendo por las escalinatas para llegar al muro en el cual se encontraba una reproducción ideológica de lo que "La fe" era representada en ese lugar, en ese sentimiento que lograba reunir a la gente de diversos lugares, desprendidos de trabajos de preocupaciones de tareas, mas solo seguir una senda que creen conveniente realizar en tradición cada año.
El camino continuo atravesando Cd. Obregon, Los Mochis, Culiacan, Mazatlan, atravesando los campos verdes de Nayarit, hasta que en Guadalajara cambiáramos nuestro estilo de viaje, bajamos las maletas compramos los boletos y continuamos en Autobus.
Así nuevamente al anochecer en Guadalajara dispusimos el viaje a la CDMX cenamos en la central de autobuses para poder descansar en el ultimo trayecto que nos llevara a casa.
Martes 13 de Diciembre del 2016, a la llegada de la central de autobuses del norte en la CDMX, y el ultimo resto de ese fragmento vislumbrado en la imagen del cerro en Sonora, sin embargo esta ves solo veía gente ocupada dirigiéndose a sus trabajos, hogares y demás actividades en las que ya no cabía ese tiempo para la devoción.
Me habría gustado experimentar mas de esa ves en la que a través de la ventana del vehículo veíamos el asombro de la gente que se reunía en el cerro, aunque no compartiera sus ideales, la experiencia marcaba sin duda emociones que no se encuentran cotidianamente, el viaje sin duda marco una etapa que concluía en mi vida y que justo el día de hoy sucede de manera distinta, la fe hace falta estos días, hace falta ese sentimiento de asombro y sencillez que ese día pude sentir a través de las personas que no buscaban mas que entregarse a su devoción.